Injertos Óseos

La pérdida de hueso (atrofia ósea) produce un volumen de hueso maxilar demasiado pequeño para la colocación de implantes dentales. Esta situación constituye un auténtico desafío. Porque uno de los requisitos fundamentales para la colocación de los implantes dentales es la disponibilidad ósea, es decir, la cantidad y forma del hueso donde se van a colocar. Como regla general, se necesitan como mínimo 10 mm de altura y 5 mm de ancho para que un implante tenga éxito. Si existe menos, se tiene que crear el hueso faltante. Esto se hace mediante técnicas complementarias a la instalación de implantes, como la Regeneración ósea y el Injerto óseo.

¿Por qué puede faltar hueso donde instalar los implantes?

Injerto óseo | ODOS Dental

Existen varios motivos por los que puede faltar hueso para colocar un implante:

  • Después de una extracción dentaria, el hueso que está alrededor de la raíz se empieza a perder de forma progresiva. Esto se llama reabsorción ósea de reborde residual. El grado de pérdida ósea puede verse agravado por el uso de prótesis removibles que se apoyan sobre la mucosa, produciendo una presión adicional sobre el hueso subyacente
  • La enfermedad periodontal (problemas en las encías), también puede producir una pérdida de hueso
  • La pérdida dentaria por traumatismo, que lleva muchas veces a la fractura del hueso, generando un defecto que habrá que reconstruir

Técnicas de Regeneración Ósea Dental

Existen varias maneras de aumentar el hueso residual. La elección de la técnica dependerá de la cantidad y forma del hueso faltante, de la ubicación del defecto y de necesidades estéticas. Después de un minucioso estudio del caso a partir de modelos de estudio, radiografías panorámicas, tomografías y escáner, el especialista determinará si el paciente es candidato a complementar los implantes con técnicas regenerativas.

La regeneración ósea se puede realizar de diferentes formas:

1. Relleno óseo para preservar el reborde alveolar

En ocasiones, justo después de la extracción de un diente no se puede colocar el implante. En esos casos, en el mismo momento que se extrae la pieza dentaria se puede rellenar el hueco con un injerto óseo, evitando y minimizando la pérdida de hueso

2. Regeneración ósea guiada (ROG)

Esta técnica se indica en defectos de hueso pequeños y medianos, o cuando se ha colocado un implante pero éste no ha quedado completamente cubierto por hueso.

En esos casos, en el hueco con falta de hueso se coloca un injerto óseo particulado (molido), y se protege con una membrana, aislándolo de la encía que lo cubre. En el compartimento bajo la membrana se puede desarrollar la formación de hueso sin la interferencia de la encía

3. Injerto óseo

Para los casos en que los defectos en el hueso son de mayores dimensiones, que impiden estabilizar los implantes, hay que realizar técnicas de aumento de hueso, previas a la colocación de los implantes.

En general, los injertos cumplen con la función llamada osteoconducción, que consiste en servir como una matriz o entramado para que el hueso se regenere a través de ellos. La matriz o entramado luego se recambia paulatinamente por hueso normal.

Dependiendo del origen del hueso que vamos a injertar, los injertos pueden ser:

  • Aloplásticos: Son injertos sintéticos compuestos principalmente de hidroxiapata, el principal componente mineral cristalino del hueso
  • Alogénicos: Son injertos obtenidos de huesos de otros seres humanos, que son rigurosamente procesados y esterilizados para eliminar cualquier contaminación. Además de servir también como matriz, pueden contener ciertas proteínas que inducen o estimulan la regeneración ósea
  • Xenogénicos: Son injertos obtenidos principalmente de hueso bovino, donde se extrae solo la parte mineral. Este mineral es rigurosamente procesado y se expende de forma particulada. Tiene la particularidad de tener una estructura tridimensional muy similar al hueso humano, por lo que las células óseas del paciente lo reconocen y se regeneran a través de él, constituyendo una excelente matriz que posteriormente se reemplazará por hueso vivo y funcional
  • Autógenos (hueso del mismo paciente o autotransplante): Son los mejores injertos, porque además de aportar una matriz o entramado para la regeneración del hueso, aportan células vivas e inducen la transformación de hueso. La ventaja es que la conversión en hueso es mucho más rápida que los otros materiales de injerto.

Según la forma que adquiere el hueso antes de ser implantado, los injertos pueden ser:

  • Injertos particulados: el hueso obtenido de la zona donante se fracciona en partículas de tamaño pequeño antes de ser injertado
  • Injertos en bloque: se extraen partículas grandes de hueso de la zona donante (mentón o cresta iliaca) y se injertan con ese mismo tamaño.

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